Hace algunos meses atrás, que parecen una eternidad iniciamos el ministerio en el campo misionero, fueron días inolvidables llenos de enseñanza, días donde teníamos que vivir por fe y creer que Dios iba a hacer algo con nuestras vidas por fe, iniciamos los cultos un día domingo 22 del 2006 fue en una pequeña clase de escuela dominical, llenos de emoción y deseos, recordé la primera iglesia que Dios me permitió iniciar, los deseos estaban al tope, típico de alguien que esta iniciando algo nuevo, los planes y las metas estaban llenos de triunfalismos y caímos una vez mas en el error de creer que todo seria rápido y sin problemas, luego del primer servicio, visitamos durante esa semana, llamamos por teléfono a cientos de personas , llego el día domingo y no llego ningún visitante, fue ahí donde nos dimos cuenta que el camino iba ser largo, luego una de las cosas mas difíciles que experimentamos fue iniciar los cultos los días jueves y los domingo en la noche muchas personas nos habían dicho que en algunas iglesias no había culto entre semana por que los hispanos no llegan, están trabajando no dijeron, no llegaran, no escuchamos estos comentarios, dije yo en mi corazón si Dios lo hizo en Perú también puede hacerlo aquí, fue muy fácil decirlo ahora nos tocaba sostener nuestras palabra, así que iniciamos el nuevo proyecto, por algunos meses nadie llegaba a los cultos entre semana, ni a los servicios del domingo en la noche, muchas veces iniciamos y terminamos el culto con mi esposa y mi hija solamente, en esos momentos venían a mi mente preguntas, dudas y un montón de pensamientos nada santos, el desanimo estaba tocando las puertas de mi corazón, la angustia y la decepción de ver cada jueves la casa de Dios vacía estaban haciendo mella en mi corazón, pero también recuerdo esos días como días de comunión con Dios, nos quedábamos con mi esposa rogando a Dios que bendijera nuestro ministerio.
Cuando estaba en el seminario había muchos de mis compañeros que tenían tantos talentos, cantaban, predicaban, eran simpáticos etc. recuerdo muchos esos días, por que como jóvenes inexpertos en el ministerio aunque es esos momentos creíamos que sabíamos todo, hoy me doy cuenta que no sabíamos nada de nada, poníamos muchos énfasis en los talentos de una persona, creíamos que alguien iba a tener el ministerio mas grande por su manera de predicar, cosa que con el tiempo aprendí que no era cierta, una iglesia no solo se levanta por la predicación, es mucho mas que esto, es por fidelidad si hermanos Dios no llamo hombres capaces, si no que llamo Hombres para capacitarlos pero tenemos que ser fieles es cierto que algunos no tenemos muchos dones y talentos pero todos podemos ser fieles.
Por algunos meses seguimos con la misma rutina los días jueves eran los días mas difíciles para nosotros pero aun así estuvimos fiel , Dios sabe cada jueves y domingo en la noche estuve con mi programa de música mi guitarra, mi Biblia y el mensaje que Dios me había dado, y Dios bendijo nuestra fidelidad hoy tenemos hermanos fieles en cada culto pero no fue por nuestras habilidades, fue solo por fidelidad hermano, una cosa que Dios demanda de nosotros es fidelidad sigue sembrando que tu luz no se apague, fieles podemos ser todos.